El Cine

El comerciante de 48 años, Gabriel Aresté Berge, con visión de futuro y buen ojo para los negocios, había construido un magnífico salón de cine, esquina los Caídos con San Juan Baja, que se inauguró hacia el año cuarenta y cinco, suponiendo un gran acontecimiento cultural y social, un estupendo medio de entretenimiento para los fines de semana y, con el tiempo, una contribución progresiva a la apertura de miras respecto a las costumbres y modos de vida de los vecinos. Al salón de cine se accedía a través del bar o directamente desde la calle, atravesando un patio donde se exponían los carteles que anunciaban las películas realizados por el artista local Miguel “del Carretero”.